martes, 25 de abril de 2017

Yes Rock & Roll Hall of Fame

Como quienes me conocen saben, mi banda favorita es Rush. En su época, fanático, de escucharlos todos los días, muchas veces, la misma canción varias veces al día. Y por un tema de frecuencia, y dado que crecí escuchándolos, hay muchas canciones de Rush que identifican momentos muy especiales en mi vida. Sigo recordando gente especial con algunas canciones.
Bueno, esta entrada no apunta precisamente a Rush.

El pasado 7 de abril, YES fue inducido en el Rock & Roll Hall of Fame. Y fueron presentados por Geddy Lee y Alex Lifeson, 2/3 de Rush (voz, bajo y teclado/guitarra, respectivamente). Fue una divertida presentación, que dejo a continuación. No encontré los subtítulos. So practice your English.

 

Durante la presentación, tanto Alex como Geddy hablan de los vínculos que existen entre YES y Rush, además de lo evidentemente común entre los dos grupos (aparte de ser “rock progresivo”, ambos tienen voces agudas). YES acudió a la ceremonia con sus integrantes históricos: Rick Wakeman, Jon Anderson, Trevor Rain, Alan White y Steve Howe. Eso ya hacía de la cita algo muy interesante, considerando que varios de estos miembros dejaron la banda el siglo pasado.

En la presentación, YES tocó una de mis favoritas, Roundabout, del disco Fragile, 1971. Con formación histórica y Geddy Lee en el bajo. De culto. Enjoy!

martes, 18 de abril de 2017

Un Día Cualquiera

Son las 6:30 am y los primeros rayos de luz entran por mi ventana. Ese es el momento en que se determina cómo será el resto de mi día. Si, como la mayor parte de las veces, salto de la cama hacia la cocina, será un productivo y enérgico día. Por el contrario, si me doy vuelta y sigo durmiendo (cosa que a veces también pasa) es claro que no será de los  días de mayores resultados para mí. No quiere decir que si no me levante a las 6:30, durante el día no funcione. En general,  salir de la cama alrededor de las 7 me anda bien.

Lo primero al salir de la cama es ir a la cocina. He vuelto a la tradición, y el agua se calienta en tetera. Mientras ello ocurre (sé que está mal), me fumo un cigarro, a la vez que tuesto el pan y saco los ingredientes que irán sobre (o entre) él. Mantequilla, mayonesa, jamón o mermelada (en diversas combinaciones, por supuesto no todas juntas). Y cuando la energía y el tiempo lo permiten, pelo una fruta la que posteriormente será convertida en jugo 100% natural (más aún si consideramos que intento no usar azúcar, o bien poca de ella). La segunda parte del ritual incluye llevar la bandeja a la cama y en ella desayunar tranquilamente, habitualmente empapándome de noticias nacionales o internacionales, o de farándula en algunos casos (cuando no hay noticias, hay matinales). Con los años me he acostumbrado a levantarme sin tener que andar apurado. Es por eso que habitualmente me levanto casi con dos horas de anticipación a mi salida. No fue una decisión fácil, el optar por levantarme tranquilo o dormir una media horita más. Últimamente, con el paso de los años, voy privilegiando cada vez más el acostarme temprano, dormir ojalá 7-8 horas, y levantarme con dos de anticipación. Luego del desayuno, bandeja a la cocina, yo a la ducha.

Ese es otro momento que disfruto. Nada como una rica ducha calientita. El largo, dependerá del apuro, pero siempre con una consciencia econo-ecológica. Rico sentir como el agua recorre tu cuerpo, ojos cerrados, y la cabeza ojalá disfrutando ese momento (que típico es que uno hace casi todo de manera rutinaria, pensando en cualquier otra cosa). La rutina está en hacer siempre las mismas cosas, de la misma manera. Hay cosas que debemos hacer todos los días, en este caso, tomar una ducha (bueno, es lo habitual). Uno puede hacer las cosas de manera distinta, y así tu día será distinto (de paso, manteniendo tu cerebro activo). Conscientemente, con alguna frecuencia, cambio el orden del “proceso” de la ducha. De arriba para abajo, o al revés; izquierda a derecha, ídem. Champú o jabón.

Salgo de la ducha y saco la ropa de mi clóset. No sin antes prender un cigarrillo (eso sí que siempre lo hago igual, hasta ahora).

Luego salgo y por lo general me voy caminando a la oficina. Porque me he vuelto un caminador desde que me robaron el auto a fines de 2014. Me agrada caminar, es gratis, no pago estacionamiento y no contamino (mayormente). Tampoco sé de tacos.

Bueno, la caminata es por lo general de 40 minutos, en que, al igual que con la ducha, voy variando recorridos. Fome caminar todos los días por donde mismo. Luego, oficina. Eso tiene de todo. Es un trabajo que me entretiene, me gusta lo que hago y el equipo de gente con el que trabajo es muy bueno. Gente relinda (en argentino).

Y como no cumplo horario (yo me preocupo de hacer las cosas, no las horas que me demore en hacerlas), en general la salida es a media (o temprana) tarde, donde se inicia el periplo de vuelta a casa, que por lo general reúne las mismas condiciones que a la salida. Y esto puede variar; el tener tiempo libre te permite hacer otras cosas después de la pega, más que sólo llegar a casa a comer, acostarse y seguir la rutina de todos los días. A veces, amigos. Otras veces, hijos, otras veces, sólo quedarme en casa. Como vivo solo, siempre tengo cosas que hacer. O simplemente a descansar.