sábado, 20 de enero de 2018

2018



Luego de varios años en un estado medio acostumbrado, cómodo, zona de confort... decidí que este año iba a ser un buen año. Ya que estamos aprendiendo que (yo lo creo) los pensamientos y las palabras tienen el poder de crear realidades para todos y cada uno de nosotros, es que decidí que este sería un año para asentar cambios, tomar decisiones, hacer cosas y tomar desafíos, algo así como el viejo cliché de "este será MI año"...y qué?

Así partió mi año.
Invitado a una fiesta, en casa de alguien a quién no conocía, con gente que no conocía, salvo el amigo que me invitó (que dicho sea de paso, tiene "algunos" años más que yo), y otro tipo que por pega conocí hace años. El resto de la gente, nada. De qué se iba a tratar, molla. Supuse que sería música y baile; y aunque algunos últimamente se hayan reído porque digo esto, tampoco me fascina bailar.
Cuando me junto con mi amigo, me dice que parece que había confirmado poca gente; como yo no esperaba nada, recuerdo que acordamos ir, pasar las doce, y si estaba fome, nos íbamos. Llegué a mi casa a las 6:30 am (como hace muchos años nuevos, al menos, no ocurría). Flor de carrete. Me lo bailé todo. Lo pasé increíble. 
Partimos el año como avión.

En lo profesional, también quiero hacer muchas cosas... siempre he querido. Pero la zona de comfort a la que me refiero antes, me tenía "ahí". Y me propuse este año hacer muchas cosas; tengo una libreta llena de anotaciones y probablemente algún interesante desafío por delante. Y me di cuenta que yo necesito desafíos; necesito moverme, necesito cambiar. Grandes cambios.

Lo dije y pasó. Por motivos familiares, hace pocos días hemos decicido que uno de mis hijos pase este año fuera de Chile con su mamá. No es nada problemático, entre nosotros ni con ninguno de nosotros. Es una situación familiar que creo cualquiera en mi lugar hubiera entendido -como para tener un hijo lejos durante un año-. Sentimientos encontrados a mil. Pero seguro de estar haciendo lo que creo correcto. Lo intento mirar por el lado positivo; tendré que ir algunas veces durante el año (no es lejos); aunque sea un poco más al norte y él sea un niño pequeño, siempre es una buena experiencia vivir en otro país.
Y tengo pena... pero ya me voy a acostumbrar, seguro.

No quise contarle esto así a nadie, se lo cuento a mi blog. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

11-S

Hoy es 11 de septiembre, y es una fecha que da para escribir de mucho. De los atentados del 11-S en Estados Unidos (si todavía seguimos creyendo que fueron “atentados”); de la masacre de Mountain Meadows en Utah en 1857; de la expulsión de los musulmanes no convertidos de Valencia, en 1609. En 1766, Carlos III de España admite a los aborígenes americanos en las comunidades religiosas; en 1906 Mahatma Gandhi inicia su Movimiento de No Violencia. En 1924, se forma en Chile una junta militar, con la cual, mediante un golpe de Estado, es derrocado Arturo Alessandri Palma. 

Y sí, cómo no llegar ahí. 1973, Golpe de Estado, bombardeo a la Moneda, muere Salvador Allende. 
Bueno, lo del 73 es conocido. Y no es de eso lo que quiero hablar, aunque es el origen de lo que me incomoda hoy. No quiero darle un tinte político, no pretendo entrar en un debate ni convencer a nadie de si fue necesario o no; ni siquiera diré mi postura (aunque muchos la conocen).

Lo que me mueve ahora es la reconciliación. Y no es dar un borrón y cuenta nueva. 

Lo primero que me indigna es ver cómo un montón de lumpens, año tras año, se escudan en esta fecha para hacer de las suyas. Y lo peor, son gente que en su mayoría ni siquiera existía en la década de los 70’. Que no se manifiestan por una creencia o pensamiento fundado en un acuerdo o desacuerdo con lo que pasó (que es mi situación, porque si bien conozco bastante de cerca la historia y he leído mucho de ella yo ni pensaba existir para el 73), que no creo tengan siquiera una postura determinada respecto del golpe militar y posterior régimen encabezado por Pinochet. Nada de eso, el objetivo es agarrar a piedrazos a quienes pasan -fui víctima una vez, no andaba celebrando ni protestando contra nadie, ni siquiera saben lo que pienso, y una turba casi nos mata-, hacer barricadas, robar, etc. Concuerdo y aplaudo todos los homenajes civilizados y con respeto por la ciudad y el resto de nosotros. Creo firmemente que cada uno es libre de expresar sus posturas, sentimientos y pensamientos, pero de manera civilizada.

Miremos fundadamente a quienes realmente sienten cada 11 de septiembre que se les abren las cicatrices. Porque hay, miles de personas a las que esta fecha realmente sí debe marcar. Familiares de detenidos desaparecidos (que si los hubo), familiares de militares que también murieron en manos de lo que algunos llaman “terroristas”, pero también en manos de sus superiores por no seguir tal o cual orden, gente inocente, “culpables”, gente que tuvo la mala suerte de estar en el lugar equivocado en el minuto equivocado. Yo puedo entender el dolor, nostalgia y pena. Podría entender incluso el rencor, que es un sentimiento que cada vez está más lejos de mi forma de ser. A todos ellos los respeto; pero no respeto una manga de delincuentes gracias a los cuales al menos Santiago se paraliza todos los 11 de septiembre pasado las 17 horas. Porque claro, nadie quiere salir lastimado y nadie quiere que la gente que trabaja con uno lo haga. Por ende, todo se corta antes. Hoy caminé bastante, y desde antes de las 5 de la tarde, hasta hace poco que entré a mi departamento, Santiago era un gran taco en todas sus calles. ¿Es razonable? ¿Tenemos que tener un toque de queda decretado por la delincuencia? (cuando si te manifiestas en contra del gobierno militar, supongo que mal recuerdo tendrás del toque de queda…. No tienen idea).

No espero que hagamos un gran perdonazo, no espero que olvidemos lo que pasó (para que no vuelva a pasar), pero me encantaría que de una vez por todas el 11 deje de ser una fecha de odio y división inexistentes. Lo más probable es que quienes sí tengan fundamentos para protestar, luego de 44 años del asunto, lo que menos piensan en esta fecha es en salir a hacer destrozos. Me encantaría que todos supiéramos que el 11/09/1973 existió, que todos tengamos nuestras opiniones, que incluso quienes quieran puedan hacer ceremonias de recuerdo, acuerdo o desacuerdo. Pero me gustaría que fuera una fecha normal, no que todo Santiago se paralice a media tarde, que la gente pueda volver a sus casas sin temor a que les pase algo… a que sea un día igual al 10 o al 12 de septiembre. Han pasado ya 44 años. 

Ya está bueno.

(Debo acotar que para dar imparcialidad a este escrito, he omitido palabras como milicos, Pinocho, crímenes, tortura….mejor no dar mi parecer). Gracias por entender. 

lunes, 21 de agosto de 2017

Bienvenidos

La semana pasada, a raíz del atentado en Barcelona (atropello), me encontré en un medio escrito una célebre frase que puede demostrar la ignorancia y racismo de algunos chilenos. Lamentable pero cierto.  Resulta que algunos medios periodísticos digitales habilitan secciones para comentarios de los lectores. Y bajo la noticia del atropello masivo en Barcelona, alguien pone un comentario algo así como “En cualquier minuto en nuestro Chile acostumbrado a estar en paz, va a meterse un comunista o un haitiano por el Paseo Ahumada para atropellar gente”. No suelo poner comentarios en medios demasiado públicos, pero esta vez no tuve más remedio que dejar un simple “ignorante”. Leer ese tipo de comentarios, justo debajo de una terrible noticia me provocó una sensación combinada de enojo y compasión. Compadecido, claro, más que nada por la terrible noticia, pero también por el pobre nivel  intelectual de algunas personas (que no contentas con él, se dedican a publicarlo en El Mercurio).

En fin, esto me hizo pensar en una serie de puntos relativos a la inmigración. Y me hubiera gustado, tal vez, preguntarle al autor de tan desafortunado comentario, si es que alguna vez le había tocado visitar otro país, aunque fuera como turista. O preguntarle si es que había visto algún haitiano o algún inmigrante planeando un atentado masivo en Chile, en vez de buscar la manera de ganarse unos pesos para poder comer y probablemente ayudar a su familia que no está en Chile. O si piensa que la lepra es selectiva en razas y no es una enfermedad que cualquier ser humano podría contraer. O ver si es que ha perdido muchos trabajos en manos de inmigrantes. Este que es el típico argumento que usan muchos…. por culpa de los inmigrantes, hay menos trabajo para los chilenos. ¿Será tan así? ¿Es tan escasa tu preparación que cualquier inmigrante te va a venir a quitar la pega?

Me indigna leer y escuchar esos comentarios chovinistas y desinformados. Resulta que, según las estadísticas, el porcentaje de inmigrantes con trabajo en Chile es muy superior al porcentaje de chilenos que trabajan. La gente que viene de otros países, viene con la esperanza de buscar una mejor vida. Arrancan, mayoritariamente ahora, de Haití, de Venezuela. Si Chile se estuviera cayendo a pedazos -cosa que no ha ocurrido, aunque muchos intenten pintar este panorama- ¿no te gustaría emigrar en busca de un lugar donde poder vivir en paz, y con mejores oportunidades laborales y por ende económicas? (no creo que abunden las pegas y buenos sueldos en Venezuela ni Haití). He tenido la suerte de conocer inmigrantes de distintas partes del mundo, en contextos y lugares muy distintos. Algunos, tienen mejor preparación que otros, mejor presentación, unos se adaptan más rápido a los chilenismos, unos tienen trabajos como ejecutivos o gerentes; otros como operarios o en búsqueda de empleo, pero NINGUNO de ellos es o ha sido mala persona ni un delincuente.

Me gustaría que toda la gente racista y anti inmigración en nuestro país fuera un poquito empática con el extranjero. Seguramente muchos de estos anti inmigrantes van todos los domingos a darse con una roca en el pecho a la iglesia, pero cuando salen de ella, se olvidan que el inmigrante es tan prójimo como ellos. Muchos sueñan o aman ciudades como París o Nueva York. En París no sólo hay franceses, sino que muchos, pero muchísimos inmigrantes, desde muchas partes del mundo. También hay mucho inmigrante africano. En Nueva York, la capital más cosmopolita del mundo, hay millones de inmigrantes. Bueno a todos aquellos que no les gusten los inmigrantes, les recomiendo ni acercarse a París o NY… podrían llevarse una desagradable sorpresa al ver gente de color en las calles o metros de dos de las ciudades más importantes del mundo.
Amigos, quiero dejarles esta reflexión, para que quienes no se sienten a gusto con los inmigrantes, le den una segunda mirada. Y para quienes no tenemos problemas con los inmigrantes, les dejo la invitación a tenderle una mano a quienes buscan una mejor vida en nuestro país. Con un simple gesto, puedes hacerle el día a muchas personas. Y con gestos acumulados, puedes hacer finalmente con tu granito de arena, que puedan finalmente tener una mejor vida, que la gran mayoría de los inmigrantes recientes vienen arrancando de lugares donde tú ni yo quisiéramos estar.

martes, 8 de agosto de 2017

O no? (opinen)


​Hoy doy inicio a un experimento (social),

Ligeramente dejaré correr un poquito de fantasía al lado de la pavimentada realidad. Y es que a mis 41 considero que no es mal momento para descubrir caminos nuevos. Todo es reinventable. Uno también, y resulta súper entretenido encontrarte haciendo (o no) cosas que antes no hacías (o no). Cosas nuevas.

Con el cigarro ya vamos con un gran cambio; ya es un mes y tres semanas en que ni he tocado un cigarrillo. Ya no soy un esclavo del puto vicio...

Y quiero probar qué pasa si me pongo a escribir. Tampoco tengo la idea de farandulear mi vida privada, hay hartas cosas personales en entradas anteriores, pero no pretendo publicar mi intimidad, no me gustaría llegar a la fama, por esa vía al menos. Lo único que publicaré esta vez, personal y con el afán de dar referencias, es que estoy separado, tengo 41 años, dos hijos, soy heterosexual, y bajé tinder. todavía no sé cómo se usa (😉). Y estoy abierto a seguir con cambios en mi vida, como ha sido este año (soy de los que no le temen a los cambios y cada vez me gustan más los desafíos).

Y ya se acerca la primavera. En una semana, por fin ya no oscurecerá a las seis de la tarde. Hace algunos días, saliendo de mi casa, vi un ciruelo florecido. Y esa ha sido para mi, desde chico, la señal de que la primavera se acerca. Seguramente antes del cambio climático que se ha provocado producto de la codicia, eso ocurría en septiembre; lo vi los primeros dos días de agosto. Según el pronóstico de mi teléfono, en dos semanas ya las máximas superarían incluso los 22, y a las siete con luz. Se acerca, para mi, la mejor época del año. Cuando toda la gente vuelve a sonreir (pese a que la mayor tasa de suicidios ocurre en primavera). Cuando ya no tienes que abrigarte hasta los dientes para salir. Cuando florece el romanticismo y todas esas cosas lindas. Empieza a abundar el olor a carbón prendido. Más tarde, la carne, todos enfiestados, felices, dañados de vuelta al trabajo los que tomaron vacaciones y los que se tomaron literal el feriado. Y volando nos instalan al viejo pascuero en todos los supermercados, en la tele, en la radio, en todos lados. Y la locura de compra y consumismo, gente estresada por todos lados, tacos, peleas, choques, noche "buena" (todo lo que hubo que pasar para llegar a ella). Una semana de trabajo y año nuevo. Abrazos todos, todos nos queremos. Al día siguiente, si te he visto, no me acuerdo.

Y año tras año es lo mismo. Me encanta fin de año, que en lo personal tiene muchos cumpleaños familiares, incluído el mío. Pero tanta pose, tanto consumo, tanto estrés, tanta estupidez a veces... no sé. Ojalá como sociedad chilena pudiéramos ser todos como la noche de año nuevo o navidad (ni un minuto antes ni después de ambas, por favor) . Amables, abrazarnos querernos. No costaría nada y sería otro país.

Recién pasó el día del niño. La televisión nos tiene ya casi que obligados a comprarles regalos (ojalá en multitienda o supermercado) a los niños. En mi época, día del niño? Las pinzas.... Y no es que lo haya querido tener. Esto me parece un simple invento comercial para inflar ventas (ok, buena estrategia de marketing, ya lo instalaron y es seguramente la época de mayor venta de juguetes, después de navidad). Y la "modernidad" se ha encargado de vendernos todo. Desde la pascua de resurrección hasta la navidad, dos fechas supuestamente católicas que se han convertido en un compromiso de regalar.... cosas. Y eso es lo fome, para mí que cada vez menos me interesan estas fechas hasta donde los ateos instalan pesebres en sus livings. No sé, vi mucha gente haciendo cosas especiales con sus hijos el día del niño. Así como si fuera una ocasión especial. ¿Y qué tal si les hacemos, cada vez que podamos, una ocasión especial a nuestros hijos? ¿Por qué esperar el día del niño para hacerlo? ¿Es necesario que le des un regalo porque la masa lo dice y  hace? Yo no vivo con mis niños, pero trato de demostrarles el amor que les tengo cada vez que estoy con ellos. No necesito una fecha ni comprar por obligación.

lunes, 17 de julio de 2017

Todos somos un poco niños cuando nieva en la ciudad

Este sábado recién pasado, Santiago nos despertó con una de las sorpresas más lindas que me ha tocado ver en la ciudad. Primera vez en 45 años que la nieve caída llega hasta los 25 cms en los sectores más altos de la ciudad. Pero esta fue una nevazón democrática, que al menos por primera vez en mi vida, no estuvo limitada sólo al sector oriente de Santiago. 



Si bien escuché cómo caía la nieve durante la madrugada (sin estar del todo convencido que fuera nieve), no me levanté como muchos lo hicieron a las 4 de la mañana (y me arrepiento un poquito de no haberlo hecho). Pero apenas abrí un ojo, a las 8 am, lo primero que hice fue mirar por la ventana hacia afuera. Ese simple panorama ya era maravilloso. Los autos blancos, los árboles tapados en nieve y gran parte del suelo con varios centímetros de la misma.

 La invitación del sábado por la mañana era salir a recorrer las calles y ver este inusitado Santiago completamente nevado. Y eso fue lo que hice. Salí a recorrer por distintas partes de Providencia, y el ambiente que se respiraba, aparte de muy frío, era de felicidad. Yo creo que el 90% de la gente estaba contenta y emocionada con la nieve. Lógico, en las calles estaba lleno de niños jugando con nieve; guerras de copos, monos de nieve por doquier, gente en busca de la mejor postal para el recuerdo; café, chocolate caliente, un sinnúmero de elementos que hicieron de ese sábado un día especial. 

Yo también hice bolitas de nieve. Caminé entre medio los copos de nieve y, de paso, me pegué varios resbalones con el barro.. estuve a punto de caerme al menos cuatro veces. 



Hoy lunes ya es poquito lo que queda de nieve. Y da como una sensación de "nostalgia" verla desaparecer. Fue ella quien nos convirtió a todos o la gran mayoría, en niños inocentes por un día.

miércoles, 12 de julio de 2017

Un hombre de suerte

Este año ha sido un año de cambios para mí. Además de terminar el duelo por la reciente partida de mi padre (ya más de un año a estas alturas), cerré otros  capítulos de mi vida que me seguían eventualmente penando. Y fue así, como luego de un proceso en gran medida inconsciente, que sin darme cuenta, estoy siendo hoy otra persona a la que estuve acostumbrado a ser. La persona que tal vez siempre quise ser. Ya no estoy pendiente de la inmediatez, ya no espero nada de otras personas. Ya no siento dependencia de ningún tipo con nada ni con nadie. Esto, me recuerda una frase muy valiosa que leí por ahí: “no esperes nada de nadie. Si lo haces, te puedes llevar una gran decepción. Si no, te puedes llevar una gran sorpresa”.

Y es que las cosas se han dado de manera armónica. Antes, hubiera dicho que fue una casualidad que se suscitaran una serie de hechos que desencadenaron mi “transformación”. Pero ahora entiendo que nada fue puesto en mi camino de manera casual. Todo pasa por algo. Eres finalmente lo que piensas, tus pensamientos, acciones y emociones finalmente determinarán cómo serás tú. Pero más aún, estoy cada vez más convencido que todo esto finalmente termina modelando lo que se transforma en tu realidad. He aprendido el poder de la palabra y del pensamiento. No sin bastante esfuerzo, finalmente logré separar los pensamientos negativos; logré dejar de lado los temores y preocupaciones. Finalmente, lo único que hacen es complicarle la vida a uno. Ahora no; me he  dado cuenta (y me sigo dando cuenta todos los días) que la vida es muy, pero muy simple. Que las cosas son buenas salvo que tu las quieras ver de otra forma (claro, shit happens, eso nunca dejará de ser), que hay que disfrutar todo y cada uno de los momentos que la vida te regala. Y así, es como me he sorprendido estos últimos días caminando de manera serena, con una tranquilidad de mente y corazón que creo nunca había logrado. Si no leyeron entradas anteriores, hoy ya hace 25 días que no me fumo un cigarro, luego de 24 años. Y eso es muy importante para mí. No sólo por el hecho de dejar de fumar y lo difícil que puede resultar; sino que ha significado un cambio mucho mayor para mí. No sólo a nivel físico (no andar pasado a pucho, no tener que aislarme para fumar, no tener la casa pasada a cigarro, no andar tosiendo, no andar con los dedos amarillos, etc. etc). A nivel emocional, siento que he dado un gran paso. Y las consecuencias son enormes también. A nivel de seguridad personal, a nivel de sentirme finalmente contento conmigo mismo, incluso hasta me siento “más lindo”. No sé, son muchas cosas las que el dejar el cigarro ha conllevado. O tal vez son una serie de cosas y cambios los que además me llevaron a dejar el cigarro. Como sea, me encuentro en una etapa “feliz”. Y si, decidí que no sea una etapa, que no sea momentáneo. He tomado la decisión de que soy feliz y se acabó: con esto me basta para serlo.

Tengo que hacer una mención especial a Gabriel Bunster, mi coach. Fue un trabajo de varios meses, y a medida que avanzaba el tiempo yo me preguntaba qué es lo que buscábamos y qué lograríamos con esto. Ahora que lo he terminado, tengo todas las preguntas resueltas. (Se los recomiendo).
Voy a dejar una canción que refleja todo esto. Y voy a volver a la época del rock latino, a los grandes GIT.

martes, 4 de julio de 2017

Protection

Hace algún tiempo atrás, me puse a escuchar Protection (1994), de Massive Attack. Hace muchos años atrás la escuchaba; creo que la primera vez fue en la casa de mi hermana.

Tiene muchos aspectos notables, partiendo por la voz de Tracey Thorn. Nunca le puse mayor atención a la letra. Solo con la música y voz la canción se entiende.  La letra habla de eso, protección. Y está escrita de una forma interesante. Siempre habla en primera persona, pero desde distintos pronombres el mismo escenario.


No soy un fanático de Massive Attack; apenas conozco unas pocas canciones. Tampoco particularmente me fascina el trip hop, pero no está mal. Hay otro par de grupos por ahí que me gustan bastante.

De vuelta en Protection. El vídeo tiene una particularidad interesante; si te fijas parece que fuera sólo una toma durante toda la canción. Además, uno puede ir descubriendo muchas cosas y elementos en vídeo a medida que lo vas viendo. Interpretaciones distintas que uno le puede dar.  De hecho, el vídeo fue nominado al Premio Brit al Mejor Videoclip Británico

Recomiendo mucho esta canción. No me fascinan tampoco los vídeos musicales, salvo cuando son tocatas en vivo. Pero este vídeo me encanta. Todo me parece armónico, desde la canción hasta la fotografía.

Se los dejo por acá; disfrútenlo