lunes, 21 de agosto de 2017

Bienvenidos

La semana pasada, a raíz del atentado en Barcelona (atropello), me encontré en un medio escrito una célebre frase que puede demostrar la ignorancia y racismo de algunos chilenos. Lamentable pero cierto.  Resulta que algunos medios periodísticos digitales habilitan secciones para comentarios de los lectores. Y bajo la noticia del atropello masivo en Barcelona, alguien pone un comentario algo así como “En cualquier minuto en nuestro Chile acostumbrado a estar en paz, va a meterse un comunista o un haitiano por el Paseo Ahumada para atropellar gente”. No suelo poner comentarios en medios demasiado públicos, pero esta vez no tuve más remedio que dejar un simple “ignorante”. Leer ese tipo de comentarios, justo debajo de una terrible noticia me provocó una sensación combinada de enojo y compasión. Compadecido, claro, más que nada por la terrible noticia, pero también por el pobre nivel  intelectual de algunas personas (que no contentas con él, se dedican a publicarlo en El Mercurio).

En fin, esto me hizo pensar en una serie de puntos relativos a la inmigración. Y me hubiera gustado, tal vez, preguntarle al autor de tan desafortunado comentario, si es que alguna vez le había tocado visitar otro país, aunque fuera como turista. O preguntarle si es que había visto algún haitiano o algún inmigrante planeando un atentado masivo en Chile, en vez de buscar la manera de ganarse unos pesos para poder comer y probablemente ayudar a su familia que no está en Chile. O si piensa que la lepra es selectiva en razas y no es una enfermedad que cualquier ser humano podría contraer. O ver si es que ha perdido muchos trabajos en manos de inmigrantes. Este que es el típico argumento que usan muchos…. por culpa de los inmigrantes, hay menos trabajo para los chilenos. ¿Será tan así? ¿Es tan escasa tu preparación que cualquier inmigrante te va a venir a quitar la pega?

Me indigna leer y escuchar esos comentarios chovinistas y desinformados. Resulta que, según las estadísticas, el porcentaje de inmigrantes con trabajo en Chile es muy superior al porcentaje de chilenos que trabajan. La gente que viene de otros países, viene con la esperanza de buscar una mejor vida. Arrancan, mayoritariamente ahora, de Haití, de Venezuela. Si Chile se estuviera cayendo a pedazos -cosa que no ha ocurrido, aunque muchos intenten pintar este panorama- ¿no te gustaría emigrar en busca de un lugar donde poder vivir en paz, y con mejores oportunidades laborales y por ende económicas? (no creo que abunden las pegas y buenos sueldos en Venezuela ni Haití). He tenido la suerte de conocer inmigrantes de distintas partes del mundo, en contextos y lugares muy distintos. Algunos, tienen mejor preparación que otros, mejor presentación, unos se adaptan más rápido a los chilenismos, unos tienen trabajos como ejecutivos o gerentes; otros como operarios o en búsqueda de empleo, pero NINGUNO de ellos es o ha sido mala persona ni un delincuente.

Me gustaría que toda la gente racista y anti inmigración en nuestro país fuera un poquito empática con el extranjero. Seguramente muchos de estos anti inmigrantes van todos los domingos a darse con una roca en el pecho a la iglesia, pero cuando salen de ella, se olvidan que el inmigrante es tan prójimo como ellos. Muchos sueñan o aman ciudades como París o Nueva York. En París no sólo hay franceses, sino que muchos, pero muchísimos inmigrantes, desde muchas partes del mundo. También hay mucho inmigrante africano. En Nueva York, la capital más cosmopolita del mundo, hay millones de inmigrantes. Bueno a todos aquellos que no les gusten los inmigrantes, les recomiendo ni acercarse a París o NY… podrían llevarse una desagradable sorpresa al ver gente de color en las calles o metros de dos de las ciudades más importantes del mundo.
Amigos, quiero dejarles esta reflexión, para que quienes no se sienten a gusto con los inmigrantes, le den una segunda mirada. Y para quienes no tenemos problemas con los inmigrantes, les dejo la invitación a tenderle una mano a quienes buscan una mejor vida en nuestro país. Con un simple gesto, puedes hacerle el día a muchas personas. Y con gestos acumulados, puedes hacer finalmente con tu granito de arena, que puedan finalmente tener una mejor vida, que la gran mayoría de los inmigrantes recientes vienen arrancando de lugares donde tú ni yo quisiéramos estar.

martes, 8 de agosto de 2017

O no? (opinen)


​Hoy doy inicio a un experimento (social),

Ligeramente dejaré correr un poquito de fantasía al lado de la pavimentada realidad. Y es que a mis 41 considero que no es mal momento para descubrir caminos nuevos. Todo es reinventable. Uno también, y resulta súper entretenido encontrarte haciendo (o no) cosas que antes no hacías (o no). Cosas nuevas.

Con el cigarro ya vamos con un gran cambio; ya es un mes y tres semanas en que ni he tocado un cigarrillo. Ya no soy un esclavo del puto vicio...

Y quiero probar qué pasa si me pongo a escribir. Tampoco tengo la idea de farandulear mi vida privada, hay hartas cosas personales en entradas anteriores, pero no pretendo publicar mi intimidad, no me gustaría llegar a la fama, por esa vía al menos. Lo único que publicaré esta vez, personal y con el afán de dar referencias, es que estoy separado, tengo 41 años, dos hijos, soy heterosexual, y bajé tinder. todavía no sé cómo se usa (😉). Y estoy abierto a seguir con cambios en mi vida, como ha sido este año (soy de los que no le temen a los cambios y cada vez me gustan más los desafíos).

Y ya se acerca la primavera. En una semana, por fin ya no oscurecerá a las seis de la tarde. Hace algunos días, saliendo de mi casa, vi un ciruelo florecido. Y esa ha sido para mi, desde chico, la señal de que la primavera se acerca. Seguramente antes del cambio climático que se ha provocado producto de la codicia, eso ocurría en septiembre; lo vi los primeros dos días de agosto. Según el pronóstico de mi teléfono, en dos semanas ya las máximas superarían incluso los 22, y a las siete con luz. Se acerca, para mi, la mejor época del año. Cuando toda la gente vuelve a sonreir (pese a que la mayor tasa de suicidios ocurre en primavera). Cuando ya no tienes que abrigarte hasta los dientes para salir. Cuando florece el romanticismo y todas esas cosas lindas. Empieza a abundar el olor a carbón prendido. Más tarde, la carne, todos enfiestados, felices, dañados de vuelta al trabajo los que tomaron vacaciones y los que se tomaron literal el feriado. Y volando nos instalan al viejo pascuero en todos los supermercados, en la tele, en la radio, en todos lados. Y la locura de compra y consumismo, gente estresada por todos lados, tacos, peleas, choques, noche "buena" (todo lo que hubo que pasar para llegar a ella). Una semana de trabajo y año nuevo. Abrazos todos, todos nos queremos. Al día siguiente, si te he visto, no me acuerdo.

Y año tras año es lo mismo. Me encanta fin de año, que en lo personal tiene muchos cumpleaños familiares, incluído el mío. Pero tanta pose, tanto consumo, tanto estrés, tanta estupidez a veces... no sé. Ojalá como sociedad chilena pudiéramos ser todos como la noche de año nuevo o navidad (ni un minuto antes ni después de ambas, por favor) . Amables, abrazarnos querernos. No costaría nada y sería otro país.

Recién pasó el día del niño. La televisión nos tiene ya casi que obligados a comprarles regalos (ojalá en multitienda o supermercado) a los niños. En mi época, día del niño? Las pinzas.... Y no es que lo haya querido tener. Esto me parece un simple invento comercial para inflar ventas (ok, buena estrategia de marketing, ya lo instalaron y es seguramente la época de mayor venta de juguetes, después de navidad). Y la "modernidad" se ha encargado de vendernos todo. Desde la pascua de resurrección hasta la navidad, dos fechas supuestamente católicas que se han convertido en un compromiso de regalar.... cosas. Y eso es lo fome, para mí que cada vez menos me interesan estas fechas hasta donde los ateos instalan pesebres en sus livings. No sé, vi mucha gente haciendo cosas especiales con sus hijos el día del niño. Así como si fuera una ocasión especial. ¿Y qué tal si les hacemos, cada vez que podamos, una ocasión especial a nuestros hijos? ¿Por qué esperar el día del niño para hacerlo? ¿Es necesario que le des un regalo porque la masa lo dice y  hace? Yo no vivo con mis niños, pero trato de demostrarles el amor que les tengo cada vez que estoy con ellos. No necesito una fecha ni comprar por obligación.